¿Todavía van los niños y las niñas a tomar cidra en donde Siever
al salir de la escuela, a fines de septiembre?
¿O a buscar avellanas entre los matorrales
en la granja de Aaron Hartfield, con las primeras heladas?
Cuántas veces yo, junto a los niños y las niñas alegres
jugué por el camino y sobre la colina
cuando el sol descendía y refrescaba el aire,
deteniéndonos a varear el nogal
plantado ahí, sin hojas, contra el incendio del oeste.
Ahora el olor a humo del otoño,
las bellotas que caen
y los ecos del valle
traen ensueños de vida. Planean sobre mí.
Y me interrogan:
¿En dónde está aquellos alegres camaradas?
¿Cuántos están conmigo, cuántos están
en los antiguos huertos junto al camino de Siever,
o en el bosque que domina
sobre el agua quieta?
Edgar Lee Master: Spoon River Anthology
Traducción: © Jorge Salcedo
3 comentarios:
Wow, Jorge, maravilloso, compadre.
Ya ves, Camilo, regreso a mis labores. Gracias por comentar.
Este poema en particular me parece impresionante, Jorge. Todos, en algun punto de nuestras vidas nos hemos hecho (o nos haremos) las mismas preguntas.
Creo que recoge esa sensacion de no perpetuidad que siempre nos acecha. Bueno, en realidad todo el poemario apunta a eso: Hablan los muertos!
Un abrazo. Encantado con que vuelvan tus traducciones. LAs gracias a ti.
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