Descreo de la guerra
y me hace bien siquiera suponer
que vamos caminando entre los árboles
o por el breve invierno de la ciudad perdida.
Tú con los años justos para reír de amor.
Yo sin todas las trampas de más tarde.
Y que no acabe el día que ya viene acabando,
y que el camino nos disuelva en un roce.
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