Advierte, caminante, las bruscas dentelladas
del viento y de la lluvia en mi busto de piedra—
casi como si Némesis o aversión invisible
registrara los puntos contra mí
para borrar, no preservar, mi memoria.
Fui en vida el Juez del Tribunal Superior, registrador de marcas,
decidía los casos por puntos que anotaban los abogados,
no en base a la justicia de los hechos.
¡Oh viento, oh lluvia, dejen tranquila mi cabeza de piedra!
Peor que el odio de las víctimas
y las maldiciones de los pobres,
fue yacer sin palabras, viendo nítidamente
que hasta Hod Putt, el asesino,
sentenciado por mí a morir ahorcado,
era en su alma inocente, comparado conmigo.
Edgar Lee Master ((1868–1950)
Spoon River Anthology, 1916
Traducción: © Jorge Salcedo
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