Fui la sombrerera
de quien tanto hablaron y a quien calumniaron
tanto, fui la madre de Dora,
tanto, fui la madre de Dora,
cuya misteriosa desaparición
se imputó a su crianza.
Con un buen ojo para la belleza,
vi algo más en las cintas,
pasadores y plumas
y livornos y fieltros
que el realce de rostros simpáticos,
cabelleras oscuras y doradas.
Les diré una cosa
y les pido otra:
las ladronas de esposos
usan polvos y alhajas
y sombreros de moda.
Esposas, úsenlos ustedes.
Un sombrero puede causar un divorcio—
también prevenirlo.
Ahora les pregunto:
Si todos los niños nacidos en Spoon River
hubiesen sido criados por el Condado, en una granja;
dejando libres a sus madres y padres
para vivir, gozar y cambiar de pareja a su antojo,
¿creen ustedes que a Spoon River
le hubiese ido peor?
Edgar Lee Master: Spoon River Anthology
Traducción: © Jorge Salcedo
Ilustración: “Muchacha con sombrerón”, acuarela de Giovanni Boldini, c. 1900. (art x art cafe)
según mi experiencia antropológica, mis investigaciones cualitativas de asuntos no cuantificables, a todos los niños nacidos en la habana, criados en la granja, cuyas madres y padres flirtearon, retozaron y gozaron el placer de seducir a la esposa del otro, lograron que a la habana le fuera mejor, a pesar de la citada maldición del agua por todas partes... como sabes.
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