Aclaración al difunto

Yo no celebro tu muerte
sino mi vida, la vida.
El placer infantil
de la familia,
la espontaneidad, los cines
y otras cosas perdidas.
Celebro a un arquitecto
tras cada ruina,
la luz, la electricidad
y las plazas vacías.
Celebro todas las frutas
(a excepción de la sandía),
el desayuno, el almuerzo
y la Santa María.
Celebro Antes que anochezca,
Cine o sardina
y los poemas más directos
de Heberto Padilla.
Celebro un mar navegable
de ida y vuelta, noche y día,
y el derecho a ir desunidos
por una misma avenida.
Celebro a los hombres libres
a cuenta y riesgo de su hombría,
y también a esa muchacha
que regresa de la esquina.
No seas tan engreído,
no creas que esto es política.
Yo no celebro tu muerte
sino mi vida, la vida.