10 de agosto de 2012

Cuba es tan normal como España, casi idéntica a Suecia


Ir a Cuba a ayudar a los demócratas locales y regresar como un zombi que nada ha visto ni recuerda, controlado por los brujos del socialismo real. Le ha pasado a Aron Modig. Y también a su gobierno. Le ha pasado ya antes a otros gobiernos democráticos. Mientras más lejos están ideológicamente de Cuba, más fácil caen en su trampa. Ahora, de vuelta en Suecia, Modig nos dice que ha descubierto la diferencia entre el sistema sueco y el cubano. Yo he descubierto lo contrario, observando la política informativa sueca. Le he preguntado a Modig cómo fue que se durmió en un brillante mediodía de julio, viajando por las destartaladas carreteras de la isla con el más prominente disidente cubano, y el sueco me ha bloqueado en Twitter. Quizás lo hizo dormido o inconsciente. Yo no he querido atacarlo, presionarlo, avergonzarlo, ni nada por el estilo. Más bien me nace agradecerle por haber viajado a Cuba en solidaridad con Payá y los del MCL, aunque todo haya salido tan mal. Me gustaría decirle que entiendo su situación, que me consta lo difícil que es decir la verdad contra la presión de los tuyos. Sé que no dice lo que sabe para no perjudicar las gestiones de los diplomáticos suecos y españoles, que lo sacaron a él de Cuba y ahora intentan sacar a Ángel Carromero. Modig se calla una parte sustancial de lo que sabe para proteger a Carromero. Él mismo lo ha dicho. Y yo lo entiendo muy bien. Cada cubano tiene su propio Carromero. Por eso callan, mienten, marchan, aplauden, firman, se duermen, no recuerdan. A quienes recuerdan y hablan les suceden cosas muy raras, dolorosas, a veces fatales, aunque los titulares de prensa nacionales e internacionales proclamen al otro día que aquello fue un accidente, mala suerte y, en última instancia, responsabilidad del Imperio. Pregúntenle a Fernando Ravsberg, a Andrea Rodríguez, a Mauricio Vicent. Pregúntenle a la Iglesia Católica. Y si todavía dudan, pregúntenle a los Modig y Carromero de este mundo, nada sospechosos de ser cómplices del castrismo. Ellos les confirmarán que los demócratas cubanos se van del país porque quieren, protestan por orden de Washington, entran a la cárcel por crímenes vergonzosamente comunes, mueren de muerte natural, por enfermedad o accidente. Cuba es tan normal como España, casi idéntica a Suecia. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"nada sospechosos de ser cómplices del castrismo" (Salcedo Diario dixit)..........

Maria dijo...

Si te bloqueó en Twitter por preguntar cómo es posible dormirse en un rally por el Sahara,habrá bloqueado a miles. Todos nos preguntamos lo mismo.