Cenábamos en SoHo
y la pareja de la mesa contigua
se levantó para irse. La mujer
se detiene y me dice: Solo quiero que sepa
que yo he comprado todos sus libros de cocina
y podría jurar sobre ellos! Me repongo
y alcanzo a responder: Al parecer, señora,
mis libros no le han hecho nada mal!
Aquello, por supuesto, era un poco arrogante
para quien quiera que yo fuera.
—Les Murray
(El original: New Yorker, September 17, 2007)
1 comentario:
Gracias, Al. Y gracias por pasar.
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