Flores para Camilo

Y con este poema de Mi vida en el ejército rebelde, damos por terminada la Jornada Camilo-Che.

Hoy no hay escuela.
¡Viva Camilo!
Hoy no hay escuela.
¡Viva Camilo Cienfuegos!

Caminemos. Caminemos.
La escuela hoy es caminar.
Iremos hasta la costa
tomados de la mano,
de dos en dos, niños, de dos en dos,
a echarle flores a Camilo, que se cayó en el mar.

De dos en dos, preadolescentes,
iremos caminando hasta la costa
y echaremos nuestras flores en el mar,
en donde dicen que cayó Camilo,
el primer desaparecido de la Revolución.

A finales de octubre, Cuba y el paraíso
se acercan. Vamos, jóvenes, andando,
no se queden atrás. Vamos hacia la costa
buscando en el tumulto nuestro amor
a quien no le daremos estas flores
que son para Camilo, que dicen los rumores
que aparecerá en la Plaza de la Revolución.

A finales de octubre, en 23 y G,
esperando la guagua para volver a casa,
me abordó una mujer y me contó la historia
de Camilo Cienfuegos, otra de esas historias,
que había muerto de bala a manos de un famoso
comandante, que había agonizado
secretamente, dijo, en una sala
del Hospital Militar.

Caminemos hacia el mar. Hoy no hay escuela. Caminemos.
Flores para Camilo, niños, de dos en dos.
Flores de nomeolvides, flores de nopreguntes.
Cuba y el paraíso, a finales de octubre,
se dan la mano frente al mar.

Foto: Una balsa vacía en aguas de Key West. Fuente: mimlitch.com.