Caerán ocho pulgadas
de nieve,
mientras tú duermes.
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Nieve menuda, dispersa.
Tiene gracia
y tiene fuerza.
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Durante la noche,
Dios dispone la nieve
sobre los coches.
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Cuando la nieve sea grande,
se acostarán sobre ella
los ángeles.
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Con esta brisa,
la nieve
se afila.
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A finales de diciembre,
entre el perdón
y la nieve.
10 comentarios:
Muy bonita la foto.
Aqui nunca caen pulgadas de nieve. Por un complicado proceso burocrático, las tormentas de nieve sólo están autorizadas a traer centímetros.
Hoy por ejemplo, ya han caido en la entrada de mi parqueo unos 20 cm, más una buena cantidad que cayó en la calle y el carro de la nieve lo empuja amablemente y lo deposita frente a mi entrada. No puedo quejarme. Navidades blancas sin duda.
Saludos,
Al Godar
¡Vaya forma de decir! Delicada, minimalista. Casi que puede sentirse tu respiración mientras contemplas el blanco espectáculo a través de tu ventana. Sosegado flujo de tu pensamiento encarnado en versos.
Gracias por la exquisita foto.
IA
Versos muy hermosos.
Hoy se le agradece a usted, en mi blog. Gracias!
Al,
la culpa es del sistema
métrico decimal.
Si coges al de la pala, dale por ti y por mí, porque hizo lo mismo en la entrada de mi casa.
Alba, esa fue una lectura muy atenta, pero, ¿qué te hace sospechar que yo estaba mirando la nieve "desde la ventana"?
David, gracias. Recién descubro tus blogs. Ya caeré.
Guajiro, un honor.
Aprecia el chasquido
de la pala
en el asfalto.
Bustro, ojalá que no seas tú el chofer, porque sería tu último cadáver exquisito.
Qué va, hermano. No soy yo. De hecho: si capturo al culpable de tanto desastre lo va a lamentar. Lo va a lamentar.
Salcedo, maravilla, y el que estés a plenitud.
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