23 de enero de 2009

5. Robert Fulton Tanner

Si el hombre pudiera morder esa mano gigante
que lo atrapa y destruye,
como me mordió a mí aquella rata
el día en que demostraba mi ratonera patentada
en la ferretería.
Pero el hombre no puede vengarse a sí mismo
de ese ogro monstruoso que es la Vida.
Entras al cuarto —eso es nacer—
y precisas vivir, sudar tu alma.
Ahí está la carnada que apeteces:
la mujer rica con quien sueñas casarte,
prestigio, posición, poder en este mundo.
Pero hay trabajo por hacer, cosas que conquistar.
¡Oh, sí! el alambre oculto detrás de la carnada.
Al final entras, pero escuchas un paso:
La Vida, el ogro, entra en el cuarto,
(aguardaba tan solo por el sonido del resorte)
para verte roer el queso delicioso
y clavarte los ojos a mansalva
y estudiarte y reírse, burlarse y maldecirte,
correteando de un lado para otro en la trampa,
hasta que tu miseria le aburre.

Edgar Lee Master: Spoon River Anthology
Traducción: © Jorge Salcedo

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