22 de septiembre de 2008

Preámbulo de campaña (II)

Como mencionaba en mi entrada anterior, la crisis humanitaria cubana se está convirtiendo rápidamente en otro capítulo del conflicto Cuba-Estados Unidos. La Habana enfila sus baterías de cara a la votación de la ONU el próximo 29 de octubre, esperando que la situación lastimosa provocada por los huracanes Gustav e Ike le consiga esta vez algo más que un voto de condena al embargo.

No se lo va a conseguir. El canciller cubano puede repetir cuanto quiera que la mayor dificultad para salir de esta crisis es el embargo norteamericano que ha causado en 50 años, según sus cálculos, pérdidas por 224 600 millones de dólares. No será muy difícil contrarrestar desde esta orilla que el mayor obstáculo para salir de la crisis es el gobierno cubano, que ha causado pérdidas al pueblo de la Isla por un valor muy superior. En las calles de Florida, New York, New Jersey, California, dondequiera que hay cubanos en los Estados Unidos que perdieron un padre, un hermano, un amigo, 10 años de vida en la cárcel, un central, una bodega, una fábrica, una casa, una firma de abogados o de arquitectos, un bohío, una escuela, una farmacia, una finca, un teatro, una carrera, una oportunidad de ver nuevamente a sus padres a causa del atropello de los actuales gobernantes cubanos, le será imposible a éstos jugar su papel de víctimas y manipular las cuentas. Son estos cubanos, no la ONU, quienes tienen en sus manos la decisión de mantener o levantar el embargo.

Con un poco de sinceridad, con un poco de responsabilidad histórica y menos manipulación, con un poco de respeto por la inteligencia y la dignidad de todos los cubanos, Cuba podría comenzar a resolver sus problemas. El más urgente de todos, la crisis humanitaria que abarca medio país, no se va a resolver con campañas histriónicas ni farsas regurgitadas. Los firmantes de esta carta hicimos bien en mantener nuestras diferencias al margen y conseguir algún consenso para pedir que se levanten las restricciones a la ayuda humanitaria hacia la isla.

Las restricciones impuestas por la administración Bush a las remesas, los paquetes y las visitas a la Isla de los cubanos residentes en EE.UU., son un obstáculo inaceptable durante una crisis humanitaria. Las restricciones, trabas, exclusiones y gravámenes que Cuba impone a las remesas, los envíos y las visitas de los cubanos en el exterior a la isla, son inaceptables durante una crisis humanitaria. Si los gobiernos de Cuba y EE.UU lo aceptan, este consenso es suficiente para desencadenar una ayuda efectiva hacia Cuba que detenga el deterioro de la situación actual.

El diario Granma trae hoy la reflexión de Fidel Castro anunciando que, tras el paso de los huracanes, Cuba ha recibido "préstamos financieros y créditos blandos que rebasan la cifra de mil millones de dólares, aparte de donaciones en dinero, alimentos y recursos." Luego dedica cinco párrafos para mencionar las remesas y, específicamente, las iniciativas del Movimiento Democracia y de la Fundación Nacional Cubano Americana, según las presenta una nota de EFE.

No está mal que Fidel Castro esté al tanto de éstas y otras iniciativas de los cubanos por acá. Superada la fase de manipulación compulsiva, quizás el gobierno cubano también tome nota de ellas.

Mañana se abre la campaña Martínez-Menéndez-Gutiérrez.

3 comentarios:

Alexis Romay dijo...

Querido Salcedo:

Una y otra vez, me quito el sombrero ante tu dedicación, tu constancia y tu noble empeño. (Y, de paso, admito que echo de menos al poeta; pero eso es secundario). Sigue contanto conmigo.

Un abrazo y mil gracias por ser la punta de la lanza,
Alexis

TIROFIJO dijo...

http://tirofijomalanga.blogspot.com/2008/09/mas-sabe-el-diablo.html

Anónimo dijo...

Estamos contigo Salcedo,peor es cruzarnos de brazos.