Drume tirano
cagaloncito,
cierra tus ojos
enloquecidos.
Se va tu boca,
tu piel, tu ombligo,
se va tu cuerpo
como un hechizo.
Por entre playas,
montes y ríos,
corres de nuevo
con tus amigos.
Ernesto, Arnaldo,
Julio, Ramiro,
Leopoldo, Tony,
Celia y Camilo.
Los muertos malos
se han confundido,
o se marcharon
a su escondrijo.
Los amargados,
tus enemigos,
aquí se quedan,
descoloridos.
Todo es un sueño,
drume tranquilo,
y entra en la finca
del paraíso.
Tendrás centrales,
minas, sembríos,
grandes ciudades,
pueblos cautivos.
Tendrás de nuevo
lo que has tenido,
y una portada
cada domingo.
Tendrás aplausos,
cantos y mimos,
foros y cátedras,
cumbres y abismos.
Drume tirano
cagaloncito,
cierra tus ojos
enloquecidos.
6 comentarios:
¡Excelente!
Una belleza, Jorge. Sencillamente sin par. Veo a la nana que se acerca cantando mientras sostiene una almohada con ambas manos...
awesome.
¡la nana lleva el ritmo golpeando la guadaña contra el suelo!
awesome.
Cochinillo ilustrado, gracias.
Güicho, va a ser un poco difícil hacerte pasar por nana.
Garrincha, la guadaña se puede usar también como columpio.
A este muchacho hay que joderlo cada cierto tiempo. Si no siempre se le despiertan las musas, como ayer, al menos se le despiertan los diablillos, como hoy.
Magnífico.
Publicar un comentario