¿Dónde está mi muchacho, mi muchacho,
en qué lugar del mundo?
Mi alumno preferido de todos en la escuela.
Yo, la maestra, la vieja solterona, el corazón virgen,
que a todos adopté como mis hijos.
¿Juzgué bien a mi muchacho
creyéndolo un espíritu ardiente,
activo y ambicioso?
Oh muchacho, muchacho por quien recé y recé
en horas de vigilia en medio de la noche,
¿recuerdas esa carta que una vez te escribí
sobre el maravilloso amor de Cristo?
Y no importa si entonces lo acogiste,
muchacho mío, dondequiera que estés,
trabaja por el bien de tu alma,
que toda tu materia, que todos tus residuos
alimenten tu fuego,
¡hasta que el fuego sea solamente una luz…!
¡Solamente una luz!
Edgar Lee Master: Spoon River Anthology
Traducción: © Jorge Salcedo
8 comentarios:
El espiritu protestante de la America profunda. No podia faltar!
Bueno, esta releción maestra-alumno parece un tanto libidinosa, ¿no?
Sin dudas, de ahi la culpa desmedida, la invocacion a Dios...
Aunque no seamos tan mal pensados, Jorge. A lo mejor la vieja maestra era realmente dedicada.
¿Y el muchacho otro San Agustín?
A lo mejor...
Gran libro este que traduces.
Belleza inefable.
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