Anoche he merodeado alegremente
por estas húmedas, salobres,
semidesiertas avenidas.
Me sentí acompañado
por borrachos de mi índole,
por jóvenes ególatras
que no apagaba el viento
y que dejaban ir su hombro
a la amistad, a la aventura.
Gracias a ti, muchacha.
A ti que tardas, que te esquivas,
o simplemente te prohibes.
3 comentarios:
Sideral.
No creo que esté dedicado a nadie en especial sino al joven amor de mujer (muchas mujeres) que aparta al hombre de la cotidiana masculinidad. Y claro se habla de una chica pura, sin rimbonbancias.
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