8 de abril de 2009

Anoche

Anoche he merodeado alegremente
por estas húmedas, salobres,
semidesiertas avenidas.
Me sentí acompañado
por borrachos de mi índole,
por jóvenes ególatras
que no apagaba el viento
y que dejaban ir su hombro
a la amistad, a la aventura.

Gracias a ti, muchacha.
A ti que tardas, que te esquivas,
o simplemente te prohibes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sideral.

Chez Isabella dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Lena dijo...

No creo que esté dedicado a nadie en especial sino al joven amor de mujer (muchas mujeres) que aparta al hombre de la cotidiana masculinidad. Y claro se habla de una chica pura, sin rimbonbancias.