Ya la había notado en la cinemateca.
En un relámpago, de reojo,
la tuve vista y entrevista.
Ahora estaba parada frente a mí
preguntando por no sé qué proyecto
en el que estaba yo metido,
pero lo cierto es que yo estaba metido en ella, sólo en ella,
peca a peca, pelo corto, risa adentro, ojos en guerra.
El amor es tan simple que da miedo.
Y el miedo es tan intenso como ella.
Mis instintos son muy malos y escribí quinientos versos
dando razón del universo, de la atroz naturaleza,
de la idiotez de los astros y de sus revoluciones,
del mal ejemplo de las estaciones,
y el amor es tan simple, tan directo.
Recién casado y recíproco, así me llegó el amor.
Mi reino por un beso. ¡Pero qué reino!, ¡de qué hablas!
De la atroz naturaleza, de la idiotes de los astros.
Escribí quinientos versos. Dios me perdone. Y ella.
Escribí quinientos versos. Y el amor es tan simple.
Y el miedo es tan intenso.
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